La semana pasada tuve bastante trabajo en la oficina y desafortunadamente, acabé dejando un poco de lado mi entrenamiento. Fue un poco frustrante si tenemos en cuenta que ya había perdido la semana anterior, pero es inevitable que estas cosas sucedan a veces y no vale la pena estresarse demasiado. Afortunadamente, no hice muchos planes el fin de semana, así que tuve tiempo de ponerme al día con los entrenamientos.
Nunca había ido a mi gimnasio durante el fin de semana, pero rápidamente me di cuenta de que nadar no habría sido una buena opción – demasiada gente en la piscina. Quizás, el entrenar al mediodía me ha ido convirtiendo en un consentido, pero es que me gusta tener un carril solo para mí. Al final, como había menos gente en el gimnasio, aproveché el tiempo para hacer entrenamientos de fuerza con las pesas.

Diario de Entrenamiento: Thomas 21/02/11
Tengo una pequeña lesión en el bíceps derecho, que es el resultado de haberme agarrado mal a la pared de la piscina durante una sesión de natación. Miguel Ángel me comenta que lo más probable es que sea un desgarro muscular en vez de un esguince. La diferencia es que un desgarro es generalmente una lesión de las fibras del interior del músculo y un esguince es lo contrario: una lesión del ligamento. Afortunadamente, la lesión no es tan grave como para tener que dejar de entrenar aunque, eso sí, soy consciente de que tengo que dejar descansar la zona lo más que pueda.
A pesar de las sesiones que he perdido y la lesión, estoy muy contento con mi progreso. Hoy lunes, fue día de natación y mi intención era calentar y luego nadar cuatro kilómetros en cuatro series, cada una de un kilómetro.
La primera serie fue bastante bien: la terminé en 15 minutos sin hacer un gran esfuerzo. Luego, me tomé un minuto para descansar. La segunda fue genial – me sentí rápido y fuerte y terminé en 12 ó 13 minutos (no puedo concretarlo del todo, ya que el reloj de la piscina no es muy bueno). Desafortunadamente, en la tercera serie empecé a sentir una cierta tensión en uno de los músculos del arco de mi pie derecho. Me pasa a menudo y siempre significa que está a punto de darme un calambre. Hice la sesión con un pull buoy entre las piernas, ya que ayuda a hacer que el calambre tarde un poco más en llegar, pero aun así, tuve que parar antes del cuarto kilómetro.
Este tipo de calambres suele ser ya muy habitual en mis sesiones de natación y me frustra bastante. Al principio, pensé que tenía algo que ver con nadar en una piscina tan corta y verme obligado a hacer tantos giros (tiene tan solo 18 metros, lo que significa que durante un entrenamiento de cuatro kilómetros giro más de doscientas veces) pero ahora creo que he encontrado la verdadera razón.
Hace tiempo, tuve un problema en mis tobillos. Me dolían cuando corría, pero ese dolor seguía persistiendo aunque ya no lo haga. Por eso, la semana pasada fui al doctor. Me dijo que tengo una sobre-supinación de los tobillos – lo que significa que cuando camino mi pie gira hacia adentro hasta el punto de separar la articulación del tobillo. Aparte del daño que ésto hace a la articulación, también causa tensión en los músculos del arco del pie y, como resultado, los calambres.
Desde que hablé con el doctor he leído mucho sobre supinación y pronación (cuando el pie gira hace afuera) del tobillo y es muy interesante. Además, hay muchos ejercicios que uno puede hacer para mejorar. Creo que ésto merece una entrada propia, así que os prometo que pronto escribiré algo sobre este tema.
Y ya sabes que si has tenido alguna experiencia similar nos encantaría escucharla, así que no dudes en compartirlo con nosotros en el espacio de comentarios de abajo.
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