Si queréis sentir un calor pegajoso con una humedad de escándalo, uno de los lugares del mundo que os recomiendo es Malasia. Hasta aquí hemos venido para el tercer Gran Premio de la temporada de Fórmula 1. En esta ocasión, sin pasar por casa, directos desde Australia el lunes después de la carrera, hemos llegado a este exótico país para poder aclimatarnos lo antes posible a un clima para mí infernal.
Fieles a las rutinas de trabajo, tocaba entrenamiento físico. El propio martes por la mañana nos hemos enfundado la ropa deportiva Puma que este sponsor del equipo nos facilita, y hemos ido Pedro de la Rosa y yo a correr por la calle. La sensación que yo tenía era la de llevar 15 kilos de más en cada pierna. Me sentía más pesado que antes de empezar mi dieta de adelgazamiento. Por si esto no fuera suficiente, la tortura ha seguido en el gimnasio del hotel con una magnífica sesión de pesas.
Siempre al final del día hacemos trabajo de recuperación, bueno yo soy el que le hace el trabajo de recuperación a Pedro lógicamente. Desde aquí aprovecho para pedir hora con mi fisioterapeuta, Enric Núñez, que se ha quedado en Granollers al cuidado de mis clientes en el Centro MADFORM. Enric está haciendo un muy buen trabajo y creo que nadie me echa de menos.
Siguiendo con el relato de lo que he vivido en Malasia estos días, el miércoles seguimos el mismo plan, correr por la calle por la mañana y sesión suave en el gimnasio. Por la tarde ya estuvimos en el circuito. A las 4, hora en la que se disputó la carrera el domingo, salimos a dar nuestra vuelta de rigor corriendo por la pista. Fue una verdadera paliza, pero tiene su sentido, ya que cada vez estamos más aclimatados y nos cuesta menos soportar el clima malayo.
El jueves suele ser un día de intendencia. Pedro está por los ingenieros y yo me encargo de preparar mi parte. No sé cómo será en la carrera de Barcelona, pero aquí aún nos queda algo de tiempo para estar tranquilos. Lo miraré de aprovechar.
El poco turismo que podemos hacer hay que aprovecharlo al máximo. Yo dije que quería ver las Torres Petronas y así lo hicimos. Aprovechamos para cenar fuera junto a Andy Soucek, que está de probador con Virgin. De este día, la anécdota con el camarero “simpático”, que me sirvió lo que le dio la real gana, no lo que le pedí, siempre atento, con su sonrisita y su frase que no se me borrará de la cabeza: “special for you, special for you”. Mientras tanto yo con cara de cabreo y enfrente Andy y Pedro partiéndose de la risa… “special for you, special for you”.
El viernes ya empecé a acusar estar tantos días fuera de casa. No obstante, mantengo el día a día con mi negocio y con la familia a base de e-mail y algo que yo no alcanzaba a entender hasta que no me he encontrado en esta situación: Skype. Tener cada día un rato de conversación con Rosa, mi mujer, y poder ver a mi niño por la webcam y hablar con él, me recarga las pilas, seguro que a ellos también les endulza la espera hasta mi regreso. Lo que no termino de entender es cómo puedo pagar 5 euros por una llamada breve de móvil, y en cambio estas llamadas por Skype me salen casi gratis. ¡¡¡Gracias Skype!!!
Por lo demás, hemos hecho los entrenos libres del viernes y todo ha ido bien. Parece que el coche va un poco mejor que en Australia. El sábado es día importante y los entrenos libres de la mañana han ido bien, pero la clasificatoria es la que cuenta. Se preveía lluvia y así fue en el “Qualifying”. Hay que salir los primeros para conseguir buenos tiempos. ¡¡¡Go Pedro, go!!!
En la Q1 Pedro de la Rosa salió como una bestia y el segundo puesto era un buen presagio. En la Q2 salió bien, pero cuando hicimos el cambio de neumáticos para poner toda la carne en el asador, Pedro se encontró mucho tráfico en la pista y no pudo dar ninguna vuelta en condiciones. Resultado final, fuera de la Q3.
Seamos positivos, las sensaciones eran buenas, y además se preveía lluvia en carrera, cosa que nos podía beneficiar. Llegamos al domingo con todo preparado para hacer una buena carrera. Salimos en la vuelta de formación y algo no funciona. A Pedro se le para el coche y cuando lo arranca una humareda blanca invade la pista. Se acabó. El trabajo de toda la semana se va al traste por un problema en el motor.
Ya lo sé, ya lo sé: así son las carreras. Pero duele y duele mucho.
Espero poder contaros cosas buenas para China, de momento toca recoger todo y dirección a Zurich. Rutina de recuperación con Pedro y vuelta a casa, que ahora mismo es lo que más me apetece.
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