¡Hola de nuevo!
Sin perder el entusiasmo ni la alegría por la experiencia que estoy viviendo, escribo justo después del Gran Premio de España. Esta vez no ha habido largos viajes, cosa que es de agradecer. No obstante, tengo un sabor agridulce y no es porque hayamos cenado en un restaurante chino. La cosa es que en Montmeló se planteaba un fin de semana muy bonito, con visitas ilustres, amigos, Hospitality de Fórmula 1 y todo aderezado con mejoras en el Sauber… No hace falta que os cuente el desenlace deportivo…
Empiezo mi relato el miércoles. Lo primero fue ir a recoger la máquina de diatermia regenerativa, que HumanTECAR® nos ha cedido para toda la temporada y que viaja a todos los Grandes Premios como parte del material del equipo, sí o sí. Como terapeuta forjado en el trabajo manual, yo no creía en los beneficios de ninguna máquina terapéutica. Y tengo que reconocer que ahora no me separo nunca de la Tecar. Eso sí, trabajo siguiendo los protocolos de la Tecarterapia, pero combinando mi trabajo manual de toda la vida, y sobre todo, las cremas MADFORM, que por tener capacidades conductivas, funcionan a la perfección con la máquina Tecar. En mi opinión, por mi experiencia en estos últimos 2 años, la Tecar me ha ayudado a dar un plus muy importante a mis tratamientos.
Del circuito y cargado como siempre, me fui a Barcelona donde Pedro de la Rosa ya me estaba esperando para ir a entrenar físico. Otro compañero inseparable en algunos Grandes Premios está siendo Andy Soucek. A Andy le conozco desde la época del Centro de Terapia Móvil MADFORM. Él acudía a nuestro centro durante los eventos de GT y Fórmula 3 y hoy es piloto probador en Virgin. Con Pedro de la Rosa y conmigo tiene muy buena relación, y todavía recordamos momentos vividos en Malasia, como el de “where is it” o el que os contaba en el post de aquel Gran Premio sobre el camarerito que hacía las cosas “special for you”.
Para los que conocéis Barcelona, no os descubro nada diciendo que estuvimos Andy, Pedro y yo corriendo por la Carretera de les Aigües, un camino llano con unas vistas de Barcelona desde lo alto magníficas, pero eso sí con una subidita a la que hay que echarle más que ganas… Después de correr 50 minutos, una buena sesión de pesas en el gimnasio que tiene Pedro de la Rosa en su casa y para culminar, mi trabajo de recuperación y terapia Tecar.
El jueves, como ya sabéis, es día de circuito, preparando todo y comprobando que las cosas estén donde deben estar. Era la primera carrera en Europa y la intendencia cambia por completo: camiones diferentes y un motorhome, que no siendo el de los grandes equipos de la Fórmula 1, para mí es precioso. Ya me hubiera gustado montar mi Centro de Terapia Móvil en un lugar como ese. A final del día pude recibir la visita de mi hijo Miquel y mi mujer. Me hacía mucha ilusión que vieran dónde estoy trabajando. Ya estuvieron un momento en la pretemporada, pero no era el mismo montaje. ¡¡¡Esto ya es Fórmula 1 de verdad!!! El enano estuvo alucinando. Todo el mundo atento y amable con él, y él con una confianza como si viviera en el paddock. Yo pensaba: no sabes la suerte que tienes chaval de vivir esto a tu edad…
Los entrenos libres del viernes empezaron con rotura del cambio. No fue un buen comienzo pero quedaba mucho fin de semana por delante. El paddock estaba ya super-ambientado de gente. Me encantaría compartir este momento con mis amigos y algunos clientes que son muy aficionados a la Fórmula 1, pero conseguir un pase se hace muy complicado. No obstante, conseguí compartir un pase a ratos con el equipo y así algunos amigos hicieron su sueño realidad, como Toni, que se lo pasó en grande y aún no sé si pudo dormir esa noche de la cantidad de gente que le pude presentar.
Entre otros, el viernes estuvieron Alberto Puig con Dani Pedrosa, el actor Luis Tosar, que ya vino a vernos en la pretemporada, y me ha encantado reencontrarme con el dakariano Nani Roma.
Los resultados iban a llegar con el 6º mejor tiempo en los segundos entrenos libres. Nos íbamos a ir con buenas sensaciones e ilusiones a tope para el sábado, que es el momento importante.
El sábado es día de Qualifying. El circuito se va llenando, con una afición muy entregada y demostrando que aprecian a Pedro de la Rosa. Eso nos llena de orgullo a todos los que trabajamos a su lado, porque es parte importante de la razón por la que estamos aquí. ¡Gracias afición, sois los mejores!
Después de una tercera ronda de entrenos libres, la “Quali”. En la Q1, de nuevo 6º mejor tiempo, esto apuntaba bien. En la Q2, el 8º durante toda la sesión, hasta que a poco para el final, se cuelan delante 4 pilotos y no es posible mejorar el 12º tiempo. Nos quedamos fuera de la Q3 por unas décimas de segundo. La cosa está competida este año. Los Red Bull han estado un paso largo por delante de todos y por debajo la cosa ha estado muy apretada. Realmente hemos mejorado mucho. A ver qué se le podía sacar a la carrera.
Domingo, el día de la verdad, con ambientazo hasta la bandera, y muchos seguidores de Pedro de la Rosa en las gradas y en el paddock. Me siento orgulloso, muy orgulloso. De entre todos los invitados ilustres que pasaron el domingo por el circuito, (políticos, futbolistas, famosos de la TV y un largo etcétera), me quedo con un Andreu Buenafuente simpatiquísimo. Andreu está al 100% con Pedro. Le acompaño a ver el box y pasamos un buen momento que no olvidaré.
Una de las bromas que hago siempre con Pedro antes de la carrera, es decirle la frase de Robert de Niro tan imitada “eres bueno, tío”. Esta vez le pedí a Andreu Buenafuente que hiciera los honores y le regalara a Pedro de la Rosa su imitación de Robert de Niro… jajaja, ¡¡¡tú sí que eres bueno tío!!!
Lo mejor y lo peor en pocos minutos. Todo preparado, concentración al máximo, salida del Gran Premio, muy buena por cierto, pero embestida por detrás de Buemi, que nos ha destrozado la rueda trasera izquierda, y con la carcasa del neumático desprendida se ha roto la parte trasera del coche. Imposible ser competitivos en esas condiciones. Abandono en la vuelta 18. Decepción, cabreo y a pensar en Mónaco.
Que nadie se despegue de la pantalla que enseguida volvemos, y ¡vamos a por todas!
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