Seguro que sabes que la sandía es una fruta muy hidratante, y que esa cualidad se debe a que está compuesta de agua en más de un noventa por ciento. Pero sus otras virtudes son bastante menos famosas, así que vamos a intentar repasarlas y conocer algunos detalles de la relación entre sandía y deporte. Más concretamente, el cómo y el porqué de la utilidad de la sandía como recuperador muscular.
La sandía y su larga lista de propiedades
Además de su proporción de agua, su fotogenia y su capacidad refrescante, la sandía tiene notables propiedades diuréticas y depurativas: su gran contenido en fibra la convierte en un alimento ideal para ayudar en la limpieza de nuestro organismo.
Por otro lado, el escaso aporte calórico de esta fruta permite que sea fácil de encajar en cualquier dieta, y su mínima cantidad de sodio la hace apta para personas hipertensas y muy aconsejable, en general, para cualquiera que quiera controlar la tensión arterial.
Por si fuera poco, la sandía debe su color al licopeno, un elemento con cualidades antioxidantes que parece jugar un papel destacado en la prevención de tumores, enfermedades cardiovasculares y dolencias neurodegenerativas.
Todo esto está muy bien, pensarás, pero ¿qué puede hacer la sandía por mi entrenamiento y por la recuperación de mis músculos? Pues ahora mismo lo vemos.
Por qué a tus fibras musculares les encanta la sandía
La sandía contiene citrulina, un aminoácido que ha mostrado cierto efecto favorable en el rendimiento aeróbico. Pero, sobre todo, las investigaciones han verificado su aptitud para reducir el dolor muscular después del ejercicio. La citrulina colabora en la eliminación de las sustancias de desecho acumuladas en el músculo, responsables de las agujetas, y acorta el tiempo de recuperación tras un esfuerzo físico intenso.
Un estudio pudo confirmar que la ingestión de jugo de sandía lograba disminuir la frecuencia cardíaca de recuperación y las molestias musculares en las veinticuatro horas posteriores a la actividad deportiva. Se constató también una influencia positiva en las prestaciones físicas de las personas sometidas a estudio.
Así que, si quieres empezar a beneficiarte de las cualidades reparadoras de esta fruta, puedes tomarte un vaso generoso de zumo de sandía una hora antes del entrenamiento. También es buena idea guardar en la nevera trozos cortados y protegidos con plástico, para tenerlos a mano en todo momento, o incorporar algo de sandía a tus batidos habituales.
Al comprarla, no estará de más que compruebes que en su base hay una zona de color amarillento. Entre dos frutas de tamaño similar, elige la de mayor peso: es señal de que contiene más agua y está en su punto de madurez.
Los recuperadores musculares en crema: una opción para considerar
Queda claro que la sandía es una magnífica elección para ayudar a que nuestras fibras se recuperen bien. Pero a veces es conveniente echarle una mano a la Madre Naturaleza, sobre todo si nos metemos entre pecho y espalda sesiones de entrenamiento muy duras, o tenemos cierta propensión a las lesiones musculares.
Para eso existen productos específicos como MADFORM Sport Formula, un recuperador creado para minimizar el daño de las fibras, prevenir la aparición de pequeños traumatismos y acelerar el proceso de recuperación. Un trabajo similar, pero de manera intensiva, es el que desempeña MADFORM Doble Potencia, capaz de devolver la frescura a los músculos después de jornadas especialmente exigentes.
No te descubrimos nada si te decimos que toda precaución es poca frente a posibles daños musculares. Y tampoco intentaremos convencerte de nada, pues lo cierto es que cada cuerpo y cada deportista responden de una forma particular. Pero sí te sugerimos que pruebes aquello que pueda resultarte eficaz y beneficioso: en este caso, recurrir a la sandía como hidratante y recuperador natural, y aprovechar las ventajas de una crema específica que cuide de tus músculos castigados. Después, saca tus conclusiones, toma tus decisiones y cuéntanos qué tal te ha ido.
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