Llegamos a la décima carrera, Gran Premio de Gran Bretaña en el renovado Circuito de Silverstone. Uno de esos lugares sagrados a los que todo aficionado al mundo del motor debe ir, al menos una vez en la vida.
Esta vez y para aprovechar el tiempo llegué el jueves directo al circuito. Después de preparar todo lo que necesito para mi trabajo, nos vamos a dar la vuelta de rigor al trazado. En esta ocasión, triplete español, con Pedro de la Rosa, Andy Soucek y yo.
El remozado Silverstone ha quedado muy bien, quizá algo más largo y un poco más técnico, sin perder ni un ápice de su espectacularidad. Muy chulo, sí señor.
Ya el viernes pude ver por los tiempos en los entrenos libres y por las sensaciones que se vivían en el box (la prensa española le llama garaje, pero a mí me gusta seguir llamándole box, como toda la vida), que había que sacarle partido a este fin de semana. El sábado en la Qualy, con el coche a punto, Pedro pasa la Q1 sin problemas, y también la Q2 gracias a una vuelta perfecta. Primera vez en la Q3, que termina con un 9º puesto que me sabe a gloria. ¡Bien!
El domingo empieza con una salida complicada donde Barrichello arrincona a Pedro haciéndole perder dos posiciones. Hay que luchar. Toca remontar y defender la posición ganada. Ya luchando por la octava posición, creo que he vivido el momento más peligroso en mi corta vida en la Fórmula 1. Sutil con el Force India le corta literalmente el alerón trasero a Pedro de la Rosa en plena recta, delante de mi posición. Por la TV se puede ver cómo levanto la pizarra porque el susto fue monumental al ver volar la pieza de carbono… Al final, todo queda en un susto. Echa un vistazo a lo sucedido en este video.
Toca olvidar otra carrera con sinsabores, aunque un rayo de sol nos alumbró hasta que volvió la oscuridad. ¡No nos rendiremos!
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