Quizá no sepas exactamente qué es el trekking, pero estás casi seguro de que tiene algo que ver con el senderismo, ¿verdad? Pues bien, aunque a veces se usen como sinónimos, existen diferencias entre uno y otro. Vamos a ver cuáles son, y aprovecharemos para explicar también qué es la marcha nórdica, o nordic walking.
Con la primavera empieza uno de los mejores períodos del año para las tres modalidades, porque en todos los casos se trata de caminar por la naturaleza. ¿Nada más que eso? Al contrario, hay mucho más. Tú sigue leyendo.
¿Senderismo, excursionismo, caminar por el campo…?
Excursionismo y montañismo eran palabras bastante genéricas que se empleaban, hace no tantos años, para indicar lo que hacían quienes se iban a andar por los campos y los montes. Pero se empezaron a marcar senderos con señales y sistemas homologados, y seguir esos recorridos pronto se hizo una actividad popular que acabó llamándose senderismo.
Para ser más exactos, hacer senderismo consiste en recorrer un sendero señalizado en un tiempo no superior a una jornada. Es decir, que si madrugas, te vas al campo, caminas durante ocho horas siguiendo una ruta, terminas y te vuelves a casa, has hecho senderismo. Seguramente habrás llevado una mochila pequeña, agua y algo para comer. Y quizá hayas ido con zapatillas en lugar de botas si el terreno era favorable.
Así que el senderismo o hiking se suele asociar a un día de desconexión caminando en la naturaleza. Nada más y nada menos. Eso no quiere decir que no existan rutas senderistas exigentes, pero lo habitual es que sean de baja o media dificultad, y que permitan disfrutar del entorno con toda la calma.
Entonces, ¿qué es trekking?
El término trekking fue acuñado por los escaladores para referirse a las caminatas que les llevaban a la base de las grandes montañas. Y ese origen ya nos da alguna pista sobre su significado actual, pues el trekking se parece mucho más a una aventura que a un bonito paseo campestre. Su principal diferencia con el senderismo es la duración, porque ahora se trata de recorridos de varias jornadas, y eso significa que cambian muchas otras cosas.
La exigencia física del trekking, que a menudo consiste en travesías por media o alta montaña, es claramente mayor. También el tipo de ruta es muy diferente, pues gran parte del recorrido puede discurrir por lugares alejados de infraestructuras y vías de transporte mecánico, y carecer de camino o sendero definido. Es preciso planificar las jornadas, conocer los perfiles de las etapas, llevar saco de dormir y una mochila de 50 litros con el material necesario, y prepararse para afrontar cambios meteorológicos.
En una travesía de trekking, las botas se hacen imprescindibles para los diferentes terrenos y para que tus pies lleven lo mejor posible varios días de caminata (una crema para la recuperación muscular también te irá de maravilla). Ten además en cuenta que, a más horas de camino, más probable es que aparezcan molestias causadas por las rozaduras, así que llevar vaselina deportiva siempre es una buena idea.
También, naturalmente, hay que planear dónde y cómo dormir, si en tienda de campaña o en refugios, y cargar bien las pilas de espíritu aventurero y actitud positiva.
Se podría decir que el trekking es una especie de hermano mayor del senderismo. Pero todavía nos queda conocer a su primo del norte…
El nordic walking gana adeptos
La marcha nórdica no es una pieza musical, sino una técnica para caminar con bastones. Hace ya mucho que los esquiadores de fondo empezaron a practicar marcha con bastones para mantener la forma en las épocas sin nieve, pero durante las últimas décadas se han desarrollado técnicas más depuradas e instrumentos más específicos.
El nordic walking consiste, como te decíamos, en caminar empleando bastones y coordinando brazos y piernas en un movimiento fluido que exige la participación de numerosos músculos. Ha de mantenerse una postura erguida, y los brazos deben moverse con la mayor amplitud posible porque los bastones de marcha nórdica sirven para impulsar, mientras los utilizados en el trekking tienen una función de apoyo.
El resultado es un ejercicio físico que requiere un gasto de energía mayor que el que supone la marcha convencional, sin bastones. Es muy recomendable para mantener el peso corporal, y también resulta útil como complemento de otros deportes porque refuerza el tren superior y aumenta la coordinación.
Y ahora que ya no tienes dudas sobre las diferencias entre trekking y senderismo, y además sabes en qué consiste el nordic walking, es hora de elegir. Cuéntanos, ¿a qué te vas a dedicar esta primavera?
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