Como sabes, la relación entre la primavera, las alergias y el deporte no suele ser la mejor. Pero hay ciertas recomendaciones, muy sencillas de seguir, que pueden facilitarte las cosas y aliviar en buena medida tus problemas alérgicos en la estación primaveral. Vamos a echarles un buen vistazo.
La alergia es, básicamente, una reacción anormal que el organismo de algunas personas presenta al entrar en contacto con determinadas sustancias exteriores. Esas sustancias reciben el nombre de alérgenos, y los más comunes (hay multitud) son los ácaros del polvo, ciertos productos como el látex y, naturalmente, los pólenes.
En España, los alérgicos al polen se cuentan por millones, y la cifra crece año tras año. Muchos de ellos son deportistas, y ninguno quiere renunciar a salir a hacer ejercicio al aire libre después de un largo y frío invierno. ¡Por supuesto que no!
¿Qué problemas suelen dar las alergias a los deportistas?
Algunos síntomas alérgicos especialmente molestos al hacer deporte son los estornudos, el picor ocular o nasal, el lagrimeo, la destilación nasal, los silbidos en el pecho y la sensación de ahogo.
Buena parte de esos síntomas se corresponden con el asma alérgica, caracterizada por una constricción de los bronquios que causa problemas respiratorios más o menos acentuados.
Aunque es menos frecuente, también existe una reacción cutánea de tipo alérgico, llamada urticaria colinérgica, que puede aparecer al hacer ejercicio y desaparecer con el reposo. Parece estar relacionada con el aumento de la temperatura corporal y se manifiesta en forma de manchas rojizas o habones que pican intensamente.
Algunas precauciones para que la alergia no te impida hacer deporte
- Si tienes asma alérgica, debes informarte bien sobre tu perfil como paciente y consultar los niveles del polen que te afecta antes de salir a hacer una actividad física.
- No salgas a entrenar si arrastras un resfriado. Se trata de algo desaconsejable para cualquiera, pero muy especialmente para quienes padecen asma o alergia, porque favorece la aparición de las crisis.
- Si notas una ligera dificultad respiratoria, baja el ritmo inmediatamente. En caso de que persista, lo mejor es parar e, incluso, usar un broncodilatador.
- Adapta tu actividad física al esfuerzo que te permita tu alergia. Forzar la máquina no es buena idea en absoluto.
- El deporte y la alergia se llevan mejor con gafas de sol. Nunca las olvides si quieres evitar las tan habituales molestias oculares.
- La hidratación es esencial: lleva siempre agua y bebe con frecuencia. Te ayudará a aliviar los síntomas de la alergia al practicar deporte y hará más fácil la eliminación de mucosidades.
- Si estornudas a menudo y la alergia te afecta especialmente a las vías nasales, un spray de agua de mar puede resultarte de utilidad. Pruébalo.
- Elige bien tu horario para ejercitarte al aire libre. En general, las horas centrales del día son las peores, porque suelen registrar una mayor concentración de pólenes. Pero intenta buscar la información más exacta que haya disponible al respecto.
- Elige también el lugar por donde vas a ir. En lo posible, evita las zonas con abundancia de gramíneas.
- Si el tiempo te echa un cable, ¡agárralo! Los chaparrones primaverales pueden hacerte el favor de despejar el ambiente de partículas de polen. Sal justo después de la lluvia y todo será mucho más fácil y agradable.
¿Hay algo más que puedas hacer para favorecer la delicada combinación entre alergia y ejercicio al aire libre? Pues sí. Consultar al alergólogo, pedirle orientación y, quizá, valorar la posibilidad de una vacuna si resulta ser lo más conveniente para tu caso.
Desde luego, la última opción es quedarse en casa mientras el día está diciendo sal a correr. Si eres medianamente prudente, te informas bien y sigues esta pequeña lista de consejos, ni el polen, ni el asma ni las reacciones alérgicas tienen por qué impedirte disfrutar de un espléndido día de deporte al aire libre.
Deja una respuesta