Si te sueles pasar por el blog de Madform, seguramente ya conoces de sobra la importancia de un buen calentamiento para realizar cualquier actividad física sin riesgo de lesiones. Pero ese principio básico cobra especial importancia cuando comienza el frío. Enfocar bien el calentamiento en invierno es esencial, pues las bajas temperaturas afectan a los músculos, los tendones y los ligamentos, y cuesta un poco más acondicionarlos para la práctica deportiva. Seguir algunas pautas sencillas te evitará contratiempos y te permitirá rendir a tope en estos meses de gorro y bufanda que se avecinan.
Dedica algunos minutos más a calentar
El frío lleva tensión y rigidez a los músculos, lo que significa que las probabilidades de sufrir lesiones como desgarros musculares o contracturas aumentan notablemente. Es una imprudencia realizar un esfuerzo físico intenso cuando nuestra musculatura está fría, y eso va a ocurrir con mucha frecuencia durante el invierno.
En esa época, aumentar la temperatura muscular y devolver elasticidad y relajación a las fibras requiere un poco más de paciencia. Debes tenerlo en cuenta, sobre todo si entrenas al aire libre. Pero tampoco creas que has de hacer nada especial; únicamente se trata de que dediques a tu rutina de calentamiento invernal algunos minutos más para iniciar tu sesión de entreno con garantías. Y también de que recuerdes que, si vas justo de tiempo, es preferible que acortes el entrenamiento y respetes a rajatabla tu rutina para calentar.
Intenta que tu calentamiento de invierno sea completo
Sea cual sea la actividad que vayas a realizar, siempre resulta necesario un acondicionamiento general. Empieza con cinco o diez minutos de trote o carrera suave para permitir que tu cuerpo entre en calor de manera progresiva, y después presta mucha atención a las articulaciones, en especial a aquellas que más trabajo van a soportar durante la sesión. Con algunas series de estiramientos lentos y minuciosos liberaremos los tendones de la tensión y el estrés que el frío les causa.
Las rotaciones de cuello y de brazos (hacia adelante y hacia atrás) irán eliminando la rigidez del tren superior junto a algunos giros de torso tan amplios como nos sea posible. Con los movimientos circulares de rodillas y tobillos terminaremos de preparar nuestras articulaciones para el ejercicio.
También son efectivas las repeticiones de pequeños saltos en vertical, con los pies juntos, y las sentadillas. Si eres corredor, o si justamente hoy te espera una sesión de running, algunos ejercicios de carrera lateral, hacia atrás, con rodillas al glúteo y skipping tampoco deben faltar en los minutos previos al entreno.
Escoge bien tu ropa y no olvides hidratarte
Ya debes tener claro que un buen calentamiento en invierno es insustituible. ¡No hay alternativa! Y tampoco la hay para otros hábitos tan indispensables como una hidratación adecuada o, tratándose de la estación más fría del año, una elección correcta de tus prendas de entrenamiento. El tipo de ropa que utilices durante la actividad deportiva debe mantener tu cuerpo a la temperatura apropiada, así que lo más conveniente es usar prendas transpirables en varias capas, de forma que puedas librarte fácilmente de las que te sobren cuando empieces a sudar.
Utiliza una buena crema de calentamiento contra las bajas temperaturas
Aunque nada sustituye a la rutina de calentamiento, sí existen productos que te ayudarán a proteger tus fibras musculares y facilitarán su acondicionamiento para el ejercicio. La crema Cremy Gel eleva la temperatura del músculo y tiene un efecto vasodilatador, por lo que su aplicación antes de calentar con bajas temperaturas resulta idónea para reducir al mínimo cualquier riesgo de lesión.
En este post nos hemos centrado en la preparación de tu cuerpo para la actividad deportiva, pero no olvides estirar en el postentrenamiento para devolver a tus músculos relajación y elasticidad, y descargarlos de tensiones. Ya sabes: cuando llega el frío, y parece que ya ha llegado, nos toca ser un poco más cuidadosos que de costumbre…
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